martes, 14 de mayo de 2013

Iñudes y Artzaides-Artzaiak eta Iñudeak

 
Caminando por las calles de San Sebastián me encontré con esta curiosa y divertida fiesta cámara en mano no dude ni un solo instante en grabar dicho festejo que podréis ver y disfrutar  en este mismo blog, a continuación y para los que no sepan de que va esta celebración os dejo una breve reseña de lo que es la fiesta.
La historia cuenta como aquel año de 1884 a los donostiarras no les gustó demasiado que al dios Momo se le recibiera en el Muelle, en lugar de hacerlo en Ondarreta como era costumbre. Además de que en el puerto la climatología podía estropear la fiesta, no había tanto espacio como en Miraconcha y San Martín donde por tradición las comparsas esperaban a su rey. Así fue que se prometió que a partir de 1885 el recibimiento volvería a tener como escenario los arenales del Antiguo.
Aquel año de 1885 hubo grandes fiestas organizadas por ‘La Unión Artesana’ y ‘La Nueva Fraternal’, a beneficio de las víctimas de los terremotos e inundaciones de Andalucía y de los pobres de San Sebastián, y para recaudar fondos se torearon cuatro toretes de la acreditada ganadería de los señores Lizaso Hermanos, de Tudela, y en el Teatro Circo se estrenó la revista titulada Bella Easo, de Soroa y Soraluce. Aquel 1885 la mirada de muchos estuvo puesta en lo que se anunciaba como segunda salida de una comparsa que también el año anterior, y organizada por la Comisión de Festejos, había obtenido gran éxito: la de Caldereros, porque resultaba que el periodo comprendido entre el veinte de enero y el Miércoles de Ceniza era en ocasiones tan amplio, que las gentes de San Sebastián tuvieron que encontrar alicientes para cada una de las fiestas y fines de semana intermedios, contando para ello con la incomparable colaboración, imaginación y habilidad para captar la idiosincrasia donostiarra, del maestro Raimundo Sarriegui.
Así fue como para el día dos de febrero, Festividad de la Candelaria, jornada de precepto hasta que el Papa Pío XII la suprimió en 1912, se pensó animar las mañanas después de celebrada en Santa María la bendición de las candelas. Pero ¿por qué dejar que los Caldereros estén solos?… debieron pensar algunos amantes del Carnaval… ¿Démosles unas modrizas! Y así las cosas, el dos de febrero de 1885 se anunció la primera salida de la Comparsa de Iñudes. Existía una emulación en la presentación de la Comparsa que había de salir con sus rorros a bailar con los artzaias. Madres y hermanas de los que formaban en sus filas se esmeraron en que su indumentaria fuera la más lujosa y sus alhajas las más auténticas. «¿Qué delantales bordados, qué tocas de encaje, qué pendientes de oro fino, qué collares formados por monedas!… ¿Y que hermosísimas trenzas de pelo que llegaban hasta muy abajo».
La Comparsa presentaba a las clásicas nodrizas institutrices que a la sazón podían encontrarse por cualquier calle o paseo acarreando el cochecito de niños o llevando a los bebés en brazos, por eso que la curiosidad de la comparsa en sus primeras versiones fue que para darle un aire festivo, pues un traje cotidiano no tenía ningún carácter carnavalero, para el papel de iñude se buscó a los hombres más gordos y para el de artzaias o pastores a los más delgados. La coreografía no se ha modificado desde 1885, aunque su puesta en escena depende de los medios humanos y económicos de cada organización. Tras el desfile en parejas por las calles se ejecuta el baile de plaza consistente en ir acercándose a una mesa donde se encuentra el galeno con sus enfermero/as con el fin de proceder a la vacunación de los muñecos. También se procede a llenar los biberones con leche figuradamente procedente de una txokorra que se lleva en la comparsa. Personajes indispensables eran, por tanto, el médico, el veterinario, los sanitarios… y para presidirlo todo el alcalde «con calzón corto, capilla negra, sombrero de plumas y espada de cazoleta»… además del cura, monaguillo e invitados cuyo número está en directa relación con las posibilidades de cada caso.
En 1912 su Santidad el Papa Pío XII eliminó el carácter festivo que tenía el día de la Candelaria. La fiesta de Los Caldereros se mantuvo, pero la comparsa de “Artzai eta Iñudeak” desapareció al coincidir la mencionada fecha en día laboral, las Iñudes no supieron adaptarse a los nuevos tiempos y la comparsa desapareció del programa hasta ser recuperada en 1924 por la Sociedad Euskal Billera, estando de presidente Mauricio Echaniz, ‘Papá Mauri’, el mismo que tres años más tarde tuvo la feliz idea de crear la tamborrada infantil.
Posteriormente ha habido diferentes intentos de recuperación de la comparsa en El Antiguo, Pasajes y Hernani. Será la Sociedad Kresala quien la recupere definitivamente dentro de las actividades previstas para celebrar su décimo aniversario en 1977. El Centro de Atracción y Turismo de Donostia-San Sebastián les plantea incluir la comparsa dentro de las actividades festivas del año eligiendo un día concreto para la celebración del desfile. Se elige el domingo más cercano al día de la Candelaria. En 1981 Kresala la recuperó definitivamente saliendo la mañana del primer domingo de febrero. El repertorio musical es básicamente del Maestro Raimundo Sarriegi. Los temas que se interpretan invitan a ser acompañados por tambores, así, la Sociedad Kresala preparó un grupo de tamborreros para incluir dentro de la comitiva de la comparsa.
“Artzai ta Iñudeak” es un elemento festivo guipuzcoano por lo que podremos disfrutar de el sobretodo en la capital donostiarra con desfiles el primer Domingo de febrero en la Parte vieja y el Centro sobre el mediodía.
                                              Enlaces de interes
http://www.donostiakultura.com/index.php?option=com_flexicontent&view=items&cid=51&id=284&Itemid=241 
http://www.kresala.org/kresala_artzaia.html 


                               

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